Tomás Godoy Cruz, la voz sanmartiniana en el Congreso de Tucumán

Por Mg. Fabiana Mastrángelo – Junta de Estudios Históricos. Filial Godoy Cruz.

Tomás Godoy Cruz (1791 – 1852), era hijo de Nicolasa Cruz, distinguida dama de la sociedad mendocina y de Clemente Godoy, nacido también en esta provincia y uno de los primeros en adherirse a la causa de la Revolución de Mayo, una vez conocida en Mendoza. Era doctor en leyes, un acaudalado terrateniente y un apasionado por los asuntos públicos. En 1811 formó parte de la Junta Gubernativa. Apoyo decididamente la causa sanmartiniana. En su carrera política ocupó importantes cargos: alcalde de primer voto, miembro de la Cámara Judicial y representante en la Legislatura, siendo Presidente de la misma en 1823. Tomás siguió la profesión y la labor pública de su padre. Se recibió de doctor en derecho canónico y leyes en la Universidad de San Felipe de Santiago de Chile en 1813, a los 22 años. En 1815 comenzó su vida pública como Síndico Procurador del Cabildo, cargo que sostuvo hasta que fue designado Diputado del Congreso de Tucumán. El aporte del diputado Godoy Cruz a la Declaración de la Independencia.

Recordemos que San Martín fue designado gobernador intendente de Cuyo en 1814. Se radicó en Mendoza junto a su esposa. En esta ciudad administró políticamente Cuyo entre 1814 y 1816 y formó el Ejército de los Andes. Creó fuertes vínculos con Cuyo y sus habitantes.
En 1814 Godoy Cruz conoció a San Martín y de inmediato se adhirió al ideal de libertar Chile y Perú. El líder depositó en Godoy Cruz su confianza y se convirtió en uno de sus más activos colaboradores. Construyeron una sincera y respetuosa amistad.
Es oportuno recordar que hacia 1816 la causa americana peligraba. Después del desastre de Rancagua (octubre de 1814) los patriotas chilenos habían sido vencidos ante un poderoso ejército español de 5000 hombres. En 1815 era posible una invasión realista desde Chile, Lima, Alto Perú y España. Esto fundamentaba la premura de San Martín en declarar la independencia e iniciar el Cruce de los Andes.
Godoy Cruz fue electo, junto con el Dr. Juan Agustín Maza, como diputado de Mendoza al Congreso de Tucumán. El 23 de octubre de 1815 emprendió la ruta hacia esta provincia. Fue uno de los primeros en llegar acompañado por Maza y Fray Justo Santa María de Oro. Este último diputado por San Juan, junto con Narciso Laprida.
Nuestro biografiado fue uno de los miembros más consultados, a pesar de ser el más joven, contaba con 25 años. Dentro del Congreso ocupó la presidencia dos veces, entre 1817 y 1818 por votación de los representantes, y la vicepresidencia, entre 1818 y 1819.
Confidente y portavoz de las ideas de San Martín en aquella asamblea, fue un factor decisivo para llevar adelante la idea de la independencia. Recordemos la famosa misiva que envía aquel al joven Tomás, en abril de 1816: “¡Hasta cuando esperaremos declarar nuestra Independencia! No le parece a Usted una cosa bien ridícula, acuñar moneda, tener el pabellón y cucarda nacional y por último hacer la guerra al soberano de quién en el día se cree dependemos. ¿Qué nos falta más que decirlo? Por otra parte, ¿qué relaciones podremos emprender cuando estamos a pupilo? Los enemigos (y con mucha razón) nos tratan de insurgentes, pues nos declaramos vasallos. Esté V. seguro que nadie nos auxiliará en tal situación y por otra el sistema ganaría un cincuenta por ciento con tal paso, ánimo, que para los hombres de coraje se han hecho las empresas. Vamos a decirlo claro, mi amigo; si no se hace, el Congreso es nulo en todas sus partes porque reasumiendo éste la soberanía, es una usurpación que se hace al que se cree verdadero, es decir, a Fernandito [Fernando VII]”.
Mucho se ha escrito y se sigue reflexionando sobre el significado de esta carta. Siempre es sano revisar el proceder ético de los que contribuyeron a proclamar y afirmar la independencia. Tanto San Martín, en la solicitud de su carta a Godoy Cruz y éste, en su accionar correspondiente a lo pedido como diputado del Congreso de Tucumán, planteaban desde el inicio: la subordinación a la ley, es decir, la declaración formal de la independencia, para asumir la tarea de liberar a América. El respeto a esa Asamblea y a las proclamas que emanaran de ella son ejemplos iluminadores que los ciudadanos argentinos- incluidos gobernantes y gobernados – debemos atesorar como reservorio ético en nuestro país.
San Martín, imbuido por las ideas de justicia y verdad, solicitó mayor precisión en los fundamentos de las causas de esa declaración. Así lo escribió a su amigo Godoy Cruz: “Ha dado el Congreso el golpe magistral con la Declaración de la Independencia; sólo hubiera deseado que al mismo tiempo hubiera hecho una pequeña exposición de los justos motivos que tenemos los americanos para tal proceder (…)”.
El mendocino además de confidente del líder y uno de los que contribuyeron a acelerar la Declaración de la Independencia, también intervino en la concreción de la entrevista de San Martín con Juan Martín de Pueyrredón, realizada en Córdoba, en julio de 1816, en donde éste, como Director Supremo de la Provincias Unidas del Río de la Plata, apoyó el plan continental para liberar Chile y Perú. “La reunión fue concluyente y altamente positiva pues se convino en fortalecer la Logia Lautaro y dar apoyo a la campaña por Chile” (Seghesso de Lopez, 2016). Con ello se aseguraba el respaldo de la autoridad nacional y también, una base de estabilidad política para la causa americana como él mismo lo declaraba a su colaborador Tomás Guido: “Creo que ya se procederá en todo sin estar sujeto a más oscilaciones políticas que tanto nos han perjudicado”.
Lejos de imponer su voluntad por la fuerza, como general de un ejército, buscó sostener la causa americana bajo la sumisión a ley emanada de una Asamblea y la subordinación a la autoridad ejecutiva de las Provincias Unidas del Río de la Plata. Así, con el sustento legal de Declaración de la Independencia por el Congreso de Tucumán y con el sólido apoyo del Director Supremo, Pueyrredón, pudo el Libertador dedicarse a terminar los preparativos de su campaña que inició en enero de 1817.
Otros aportes en el Congreso: la producción local y la independencia de Chile
En mayo de 1817, los Cabildos de Mendoza y San Juan solicitaron al Congreso Nacional la discusión sobre la necesidad de prohibir la importación de vinos y aguardientes extranjeros o la supresión de impuestos internos a la producción nacional.
Esta solicitud recién se trató en junio de 1818 y en el transcurso de las sesiones Godoy Cruz tuvo una destacada actuación, defendiendo los intereses de la industria vitivinícola y la necesidad de abolir impuestos que la gravaron desde la época colonial. Señaló que esas medidas eran las que universalmente adoptaban todas las naciones para fomentar las industrias regionales, bases de la riqueza nacional.
A pesar de tales argumentos, su proyecto no fue aprobado debido a la fuerte oposición de los intereses del porteñismo librecambista. Sin embargo, obtuvo el compromiso de que no se iban a alterar los derechos de aduana que pagaban los artículos extranjeros. Godoy Cruz fue un pionero en defender, como diputado mendocino, la producción industrial de la provincia.
El 12 de diciembre de 1818, suscribió como Presidente del Congreso el reconocimiento de la Independencia de Chile, a la que tanto había contribuido.
Finalmente podemos decir que participó en la elaboración de la Constitución de 1819, aunque siempre se mostró disconforme con las notas aristocráticas de la misma. Sostuvo además, la necesidad de dictar una Constitución de contenido federal, es decir, de acuerdo con las peculiares características del país.
El 1 de abril de 1819 presentó su renuncia, siendo rechazada por la Junta Electoral de Mendoza, pero al insistir Godoy Cruz, el 24 de junio, fue aceptada. Probablemente su última gestión como diputado, fue la nacionalización de los títulos emitidos por el Colegio de la Santísima Trinidad (de enseñanza media), de Mendoza.
Al regresar a su provincia, fue elegido gobernador de Mendoza el 3 de julio de 1820. Enterado San Martín de esta elección, escribió a su amigo Tomás: “No a Usted, pero sí al pueblo de Mendoza se le puede dar la enhorabuena por su elección. Dios le dé acierto”.
Así fue, su figura no fue olvidada. Vive a través de su obra por la causa americana y por la defensa de los intereses provinciales. Como muestra de reconocimiento, llevan su nombre un municipio, plazas, escuelas y calles de Mendoza y de otras ciudades argentinas. Fallece el 15 de mayo de 1852, en nuestra provincia. Sus restos que estaban enterrados en la ciudad de Mendoza, fueron trasladados, en 1966, al departamento de Godoy Cruz y depositados en la Iglesia San Vicente Ferrer.

Opiniones y bibliografía sobre Tomás Godoy Cruz
“…Hombre de superior inteligencia, de distinguido genio administrador, de probada moral y rectitud…”, Damián Hudson.

“Uno de los hombres más progresistas del interior del país”, Domingo F. Sarmiento.

“Sus importantes servicios reclaman un testimonio público que recuerde a las generaciones venideras sus nobles hechos. La provincia lo recuerda como el más prominente de los mendocinos”, Poder Ejecutivo de Mendoza, 19 de mayo de 1852, cuando fue declarado Benemérito de la Patria.

Sobre Godoy Cruz han llegado hasta nosotros cinco biografías: Vida de Tomás Godoy Cruz (1936) de Ricardo Videla; Un constructor de esperanzas (1938) de Antonio Pagés Larraya; Tomás Godoy Cruz, su tiempo, su vida, su drama (1991) escrita por su descendiente Cristián García Godoy; Un constructor de patria (1994) de María Laura Palomba; y Tomás Godoy Cruz, voluntad política e instituyente en los albores de la República (2016) de Cristina Seghesso de López.

 

Esta nota publicada por Diario Los Andes, el Viernes, 12 de octubre de 2018.