ARTISTAS DE GODOY CRUZ

Rosa Arturo

Considerada una de las mejores grabadoras de América. Su amor por la tierra y el hombre americano, inspira sus obras donde predominan rostros de mujeres americanas y paisajes de este suelo (Mastrangelo, 2016:114).
Dentro de las personalidades artísticas de Godoy Cruz, sin duda, destaca la figura de Rosa Arturo, quien con un espíritu inquieto, supo conjugar la enseñanza, la investigación y el grabado en un fuerte compromiso humano hacia todo lo que la rodeaba.
Arturo nació en Mendoza un 13 de marzo de 1916. Hija del matrimonio de Luis Hemeterio Arturo y Ángela Gómez. Su infancia y adolescencia estuvo acompañada por la presencia constante de su hermana Angela y sus hermanos Luis, Vicente y Miguel.
Realizó su formación media en la Academia Provincial de Bellas Artes, para proseguir sus estudios universitarios en la Academia Nacional de Bellas Artes, hoy Facultad de Artes y Diseño. Egresó en 1945 como Profesora de Artes especializada en grabado con los profesores Victor Delhez y Francisco Bernareggi, de allí, su influencia en la técnica.
Paralelamente a sus estudios, trabajó arduamente de la mano de Vicente Lahir Estrella en la Escuela de Dibujo al Aire Libre (EDAL), primero como docente y después como directora (desde 1959), en el Parque General San Martín:
“La finalidad de esta escuela es transmitir al niño, el amor por la naturaleza y por esta razón el Profesor Estrella eligió el pulmón de Mendoza: el Parque General San Martín para que el niño aprenda y descubra en la naturaleza, por esta razón, alguien la postuló ‘La Universidad sin techo’ o más modestamente ‘la escuela sin techo del dibujo (Arturo en Mastrangelo, 2016: 108)”.

El EDAL tenía su propio edificio en la calle Pizzurno de Godoy Cruz, cuya donación había sido por parte del mismo Lahir Estrella. Arturo desarrolló numerosas actividades a largo de su ejercicio como docente y directora ad-honorem y siempre desde la amistad que la unió al artista Estrella y su compromiso con los estudiantes.

La Historia del Arte Americano, fue uno de sus intereses más grandes, una temática de la que se especializaría a lo largo de toda su labor. A partir de ello, logró la Beca “Pedro Andrés Blanchi”, como distinción a la mejor egresada en Historia del Arte Americano, Filosofia y Mitología, que le posibilitó recorrer el Norte y el Litoral de Argentina y le abriría el camino a los viajes de estudios.
Recorrió Latinoamérica y parte de Europa. Se especializó en grabado y litografía, técnica y restauración de pintura, relieves sobre metales y composición tipográfica en la Escuela Superior de Artes Plásticas de la Universidad Nacional Autónoma de México, en la Universidad de Bolivia y en la Universidad de Perú.
Docente de vocación, tuvo a su cargo los niveles medios de la Escuelas Normal Tomas de Godoy Cruz y de la Escuela de Comercio Martin Zapata. Dentro de la UNCuyo, también ejerció el puesto de docente del Preparatorio de la ANBA y de directora de la Escuela de Cerámica desde 1955 a 1968.
Como infatigable trabajadora de su sociedad, fue muy importante la creación de dos espacios artísticos que ayudaron a desarrollar el circuito de producciones en Mendoza y le permitieron exponer y visibilizar a colegas y estudiantes: En la Av. San Martin al 1100 estableció, en 1954, el stand “Notas de Arte”, un sistema de exposición que emulaba las casillas que se encuentran alrededor del rio Sena y que funcionó hasta 1967. En tanto que en 1978 creó la Fundación Casa América en la calle Barraquero al 315, de Godoy Cruz.
Desafortunadamente, en el último tramo de su vida, la enfermedad del Alzheimer paralizó muchas de sus actividades, hasta que ya imposibilitada de todo movimiento, falleció en el año 1999, dejando detrás de sí, hermanos y sobrinos encargados de su legado.

Retratos

Arturo hace gala de un virtuosismo que habla de humanidad y americanismo. Relatan sus viajes por el mundo y confluyen en unas líneas que se inspiran en Amadeo Modigliani pero tienen la fuerza expresiva de lo latinoamericano. En sus obras, observamos mujeres típicas del norte de Argentina con cuellos estilizados, de carácter expresivo y de rostros realistas pero sin llegar a ser un retrato objetivo. Juega con las curvas y rectas, claros y sombras propias de los grabados, llevando a una lectura dinámica y seductora. Sus títulos son descriptivos que se encargan de materializar y dar visibilidad la realidad de aquellas mujeres: el trabajo, el mercado, la maternidad, incluso el oficio. Retrata mujeres que observa en la calle, a su familia, a docentes, es decir, figuras que la movilizan e inspiran.

Paisajes

Como pasa en sus retratos, Arturo, busca el americanismo en sus paisajes: las curvas, las líneas, lo plano, pero al mismo tiempo el detalle. Confluye lo artificial y lo natural para crear un espacio de contemplación cotidiano pero que a sus ojos se vuelve mágico. Fragmentos de paisajes mendocinos, brasileros, chilenos se materializan en distintas técnicas como la cromoxilografía, el grafito y la tinta.